Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de 2011

Acteon- Metamorfosis y leyendas menores

           Acteon era hijo del dios cazador Aristeo y Autónoe. Fue instruido por el sabio centauro Quirón como un gran cazador.      Un días tras la cacería y en compañía de sus amigos en los bosques del Citerón hacia al mediodía, dio por finalizada su jornada. Satifecho de la caza obtenida fue a descansar a un lugar fresco del bosque donde se oía el susurro de una fuente bordeada de un césped verde y un pequeño lago. El lugar se llama Gargafia y estaba consagrado a la Diosa Artemis, Diosa de la Luna, hija de Zeus y Leto, hermana gemela de Apolo, que en ese momento disfrutaba de un baño rodeada de sus ninfas.      Acteon no sabía donde se dirigía y con paso despreocupado se acercó al lugar. Ante sus ojos vio a la Diosa de la Caza y Reina de loa animales del Bosque, rodeada de sus ninfas intentando ocultarla. Acteon quedó deslumbrado e inmóvil ante la visión. Artemis furiosa de haber sido sorprendida, inacesible en el amor, le roció con agua la cara y el cabello del joven y le

Sin receta médica

     Esta es la historia de un pequeño ángel que siempre iba atareado en su trabajo. Tenía una misión ardua, que era la de cuidar a las personas enfermas. Les trataba de inspirar sanación, de ayudarles a mejorar en su salud para curar las heridas de sus cuerpos y sus almas. Todo ello lo hacía mediante sueños, señales y coincidencias para facilitar a las personas llegar a la curación de sus males. El ángel no daba abasto, siempre con muchas demandas y muchos enfermos.      Un día tras realizar todo lo posible y llevando su creatividad al máximo pensó: -¿Y si en vez de ayudarlos como ángel me encarno como hombre y les ayudo más directamente? A veces, se sentía frustrado de que los hombres no le oyeran, no hicieran caso a sus mensajes y ni siquiera le tuvieran presente.  Fue entonces cuando decidió proponérselo a su maestro. Su maestro le escuchó atentamente y le dijo: -Eres muy valiente, pequeño ángel, será una lección muy dura en tu aprendizaje. -Yo creo –le contestó- q

Fino l’Extraterrestre

     A la nau especial, el Fino ajustava les últimes coordenadas per aterrar a la terra. Havia rebut un missatge d’urgència quan estava a la constel•lació de l’osa major. El missatge era clar i contundent: -¡Si us plau, si algú m’escolta que vingui a ajudar-me!      Fino tenia el deure d’ajudar a tot aquell que li demanés. Així que se’n va encaminar fins la Terra. La seva nau espacial va aterrar amb silenci a la torre més alta d’una ciutat. Era de nit i la ciutat estava adormida. Va sortir d’un salt de la seva nau i va respirar profundament l’aire. De sobte va començar a tossir. -Uff - va pensar en Fino - ¡si que hi ha contaminació!      Va decidir tornar-se a la nau a descansar, al matí en quan el sol aparegués sortiria a fer la seva missió de rescat. Amb els primers raigs de sol en Fino es va posar en marxa. Dins de la seva nau espacial va començar a recorre els carrers de la ciutat.      En els carrers hi havien molts vehicles, quasi tots de quatre rodes i tots treien

Leyendas de Lemuria: La Gran Guerra

     La Gran Guerra dura ya demasiados años, lemurianos y atlantas luchan sin tregua en una escalada de violencia sin precedentes. Ciclos de disputas severas hizo que la guerra fuera la única alternativa posible. Las matanzas y la crueldad que se desató provoco una forma de pensamiento en la cual la guerra era patente en todos los seres, el sentimiento del miedo recubrió a todos por igual, matando lo más intrínseco de cada uno, la ilusión, la esperanza, la paz.       Cabizbajos lemurianos y atlantas se enfrentaban a diario en una lucha sin fin, con el armamento más sofisticado en tecnología termonuclear. Una lucha terrible en los que se enfrentaban las civilizaciones más desarrolladas, unas luchaban por las ansias de poder y control sobre la tierra, los otros como guardianes de la sabiduría y la honestidad defendían los conocimientos adquiridos para que no fueran mal utilizados por la vanidad y la soberbia.       Los encuentros diplomáticos eran saboteados por ambas partes, reac

El gran Elenfante

Nuestro elefante nació un día de verano soleado en las llanuras del corazón de África. Creció fuerte y más pequeño que el resto de su familia, a pesar de su estatura, su ingenio e inteligencia lo hacían vivaz y generoso con su manada. Un día empezó a preguntar a los mayores sobre el origen de los colores y su brillo. Si habían otros colores que ellos no conocían, cuanto habían en total. Los mayores de la manada no sabían que contestar a las avispadas preguntas del pequeño elefante y empezaron a decirle que eso no tenía importancia que eran cosas que los elefantes no debían de saber. Descorazonado se fue con su madre a buscar cobijo, ella con amor enjuagó sus lágrimas y lo alentó que descubriera por si mismo las preguntas que tenía, si bien podía preguntarlas también tenía él las respuestas. Contento y feliz el pequeño elefante decidió emprender el viaje para hallar los colores que su corazón anhelaba. Al alba, cuando el sol despuntaba se despidió de su madre y sus amigos. Empezó buscan

El principe descalzo

En un país lejano, en un tiempo remoto nació un príncipe mongol, el más esperado de todos los tiempos ya que su nacimiento vaticinó grandes propósitos para aquel bebé. El niño creció feliz y sano, alegre y juguetón, inteligente y tenaz, tenía todas las cualidades que se podían esperar de un príncipe, sólo había un hábito que a la familia le inquietaba. En cuanto al niño se le ponía un zapato empezaba a llorar sin consuelo alguno, probaron de todos los tipos, telas y pieles, y ninguno daba resultado. El príncipe lloraba sin remedio y en cuanto podía ,cogía el zapato y se lo quitaba de su piececito. Los consejeros y la familia acabaron muy preocupados, ya que con el tiempo el problema se agravó. El pequeño príncipe cuando veía un zapato en alguien se ponía a llorar y no podía remediarlo. Fueron a verlo los más grandes brujos y sanadores, sacerdotisas y médicos de los tiempos y ninguno pudo darle remedio su mal. Así fue como ante tal dificultad, decretaron una ley para todo el reino en el

El palacio de cristal

En la ciudad del mar nació un día la sirena más bella que jamás había existido. Era tal su belleza que todos los seres marinos hablaban de ella con gran admiración. La pequeña sirena creció adulada por sus atributos y no se cansaba de exhibirse. Le encantaba ver la cara de los que la admiraban y se sentía atraída por las miradas de deseo que suscitaba. Era tal su afán por estar más bella que una noche de luna llena salió del mar y encaramándose a una roca le suplicó a la luna ser aún más bella, tanto o más que la propia Luna, para que todos los seres, no solo los marinos sino todos, pudieran admirar su singular belleza. Tal fue su énfasis en el deseo y su inquietud en el corazón que en ese mismo instante bajo un Ángel de la Luna y le preguntó: -Pequeña sirena he oído tu rezo, ¿es cierto qué quieres convertirte en el Ser más bello de la Tierra? -¡Oh, sí Ángel -respondió la sirena- así es, soy muy bella pero quiero que mi belleza pueda ser admirada por todos. -¡Así será entonces! En