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Mostrando entradas de 2020

El análisis

—Tenemos un problema —le susurró Simón mientras entraban en la gran sala donde se reunían habitualmente. —Ya lo sé, se oyen rumores que nos tendremos que ir a África, donde es más fácil encontrar a los donantes — le contestó inclinado la cabeza algo irritado. —No, es eso. Si quieren pueden descubrimos— abrió los ojos ofendido, por primera vez se sintió amenazado. —Es imposible —contestó con aspereza —. ¿Quién va a hacerlo?. —¿Te has hecho la prueba? —le desafió. —Claro —le miró —soy negativo. La sala estaba repleta pero un silencio había impregnado cada rincón. Las máscaras eran imprescindibles para poder asegurar la inmunidad de los asistentes, pero la mayoría se conocían. Se sentaron cada uno en su sillón rojo. Simon miró hacia atrás, con el tiempo había ascendido en la sociedad y ocupaba la segunda fila, un lugar privilegiado en el cual la información que se manejaba influía en todo el mundo. Le había costado muchos esfuerzos llegar a ese puesto, muchos sacrificios y algún

El secreto

Lo tenía todo preparado, el corazón le latía con fuerza y su decisión era irrevocable. El agua caliente humeaba en la bañera, invitándola a entrar. Miraba fijamente como si quisiera alargar los últimos minutos de su vida. Se quitó el pijama de felpa, regalo de Carlos. Lo plegó y lo dejó con cuidado encima del taburete. Miró a su alrededor, todo estaba en orden y limpio. Un escalofrío le sacudió todo el cuerpo, las lágrimas asomaron por sus mejillas. Entró con el pie derecho, con cuidado. El agua estaba en la temperatura perfecta. Deslizó el otro pie dentro y se sentó de cuclillas, cogiéndose con fuerza las dos rodillas. En su mano derecha tenía la cuchilla, esperando paciente a cumplir su cometido. Miró a su alrededor y vio el pijama plegado de Carlos. —Mira, Carlota, qué pijama tan bonito —le dijo Carlos parándose delante del escaparate. —Sabes que me gusta dormir desnuda —le contestó mirando el pijama de corazones rojos y rosas. —Te imagino con él en casa, cómoda y co

Instantes

Ana salió de casa corriendo, miró el reloj. Llegaré tarde, como siempre. Con un portazo se despidió de Jorge que aún dormía plácidamente. Mientras bajaba en el ascensor, revisó su móvil y vio un mensaje de Miguel. ¿Qué querrá este ahora?. Leyó el mensaje rápido. El cabrón sabe cómo ponerme cachonda . Una sonrisa pícara se le escapó de sus labios. Se giró hacia el espejo. Puedo quedar hoy con Miguel y decirle a Jorge que tengo trabajo y volveré tarde a casa.