Nuestro elefante nació un día de verano soleado en las llanuras del corazón de África. Creció fuerte y más pequeño que el resto de su familia, a pesar de su estatura, su ingenio e inteligencia lo hacían vivaz y generoso con su manada. Un día empezó a preguntar a los mayores sobre el origen de los colores y su brillo. Si habían otros colores que ellos no conocían, cuanto habían en total. Los mayores de la manada no sabían que contestar a las avispadas preguntas del pequeño elefante y empezaron a decirle que eso no tenía importancia que eran cosas que los elefantes no debían de saber. Descorazonado se fue con su madre a buscar cobijo, ella con amor enjuagó sus lágrimas y lo alentó que descubriera por si mismo las preguntas que tenía, si bien podía preguntarlas también tenía él las respuestas. Contento y feliz el pequeño elefante decidió emprender el viaje para hallar los colores que su corazón anhelaba. Al alba, cuando el sol despuntaba se despidió de su madre y sus amigos. Empezó buscan
Relatos para soñar, para soñar despiertos y despertar soñando