Un día un pájaro se posó en una roca cercana a él y se refrescó, el pequeño riachuelo que no conocía al ave, le preguntó:
- ¿Verdad que mi agua es la más cristalina y sabrosa del mundo?.
El ave se lo miró curioso y le contestó:
- Cierto, tus aguas son muy frescas pero he bebido de otro riachuelo un agua aún más fresca y pura.
- ¿ Cómo es posible, dónde está ese riachuelo? Le preguntó irritado el riachuelo.
- Detrás de esas altas montañas donde nace el sol, lo encontrarás.
El pájaro se fue volando y nuestro pequeño riachuelo se quedó triste. No se podía imaginar unas aguas mejores a la suyas y la curiosidad empezó a arder en su interior.
A la mañana siguiente se acercó al riachuelo una mariposa azul, se posó y sintió que las aguas del riachuelo estaban algo inquietas y turbulentas.
La mariposa le preguntó que le podía ocurrir al ese riachuelo tan bello y puro y el riachuelo le explicó la conversación con el pajáro.
La mariposa mientras dejaba sus alas al sol le propuso:
- ¿Por qué no vas a conocer a ese otro riachuelo tan fresco y puro y aprendes de él?
El pequeño riachuelo se puso muy contento, claro podría ir a verlo y así vería por él mismo sus aguas.
Así fue como se puso en marcha, el riachuelo bajó la montaña en dirección indicada, feliz de la aventura empezó a ver nuevos paisajes, nuevos animales y se enamoró, con cierto miedo, a cada paso.
Al final del día se encontró que estaba estancado en el valle y mirando a lo alto se preguntaba cómo podría subir hacia arriba para cruzar las montañas y sintió que no sería capaz, que no podría subir nunca y empezó a secarse.
Una nube que estaba cerca lo vió y le preguntó cual era el motivo de su tristeza. El pequeño riachuelo le explicó su dificultad y cual era su propósito. La nube le contestó que si él quería podía viajar en su interior y pasadas las montañas lo dejaría junto al otro riachuelo.
Así fué cómo nuestro riachuelo accedió, fue absorbido por la nube y como vapor pudo volar al cielo, y voló por encima de las montañas y bajó junto al riachuelo buscado.
Cuando se halló a su lado, se maravilló por sus aguas, eran frescas, puras, sabrosas y cristalinas, pudo verse reflejado y se enamoró. Le explicó sus aventuras al riachuelo y lo felicitó por sus aguas.
Resultó que el riachuelo también había oído hablar de él y feliz le propuso que juntaran sus aguas para hacer un río con las mejores aguas del mundo y así se formó un río rico y fresco. Sus aguas eran conocidas por otros ríos que se unieron a ellos y formaron entre todos un río maravilloso que proporcionaba la mejor agua, prosperidad y vida por donde transcurría. La leyenda explica que el rió fue llamado Ganges y es venerado como río Sagrado.
Vence tus miedos, alimenta tus ilusiones y compartelo con el mundo.
Marta Tadeo
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