Ir al contenido principal

El gran Elenfante

Nuestro elefante nació un día de verano soleado en las llanuras del corazón de África. Creció fuerte y más pequeño que el resto de su familia, a pesar de su estatura, su ingenio e inteligencia lo hacían vivaz y generoso con su manada. Un día empezó a preguntar a los mayores sobre el origen de los colores y su brillo. Si habían otros colores que ellos no conocían, cuanto habían en total. Los mayores de la manada no sabían que contestar a las avispadas preguntas del pequeño elefante y empezaron a decirle que eso no tenía importancia que eran cosas que los elefantes no debían de saber. Descorazonado se fue con su madre a buscar cobijo, ella con amor enjuagó sus lágrimas y lo alentó que descubriera por si mismo las preguntas que tenía, si bien podía preguntarlas también tenía él las respuestas. Contento y feliz el pequeño elefante decidió emprender el viaje para hallar los colores que su corazón anhelaba. Al alba, cuando el sol despuntaba se despidió de su madre y sus amigos.
Empezó buscando el rojo intenso y sus patas le llevaron a las cuevas más profundas de la tierra y como un discurrir tranquilo y viscoso encontró un río de lava roja. Con su trompa aspiró el color y se lo guardó.
Con el rojo ya encontrado se fue a buscar el naranja y desafiando las leyes físicas se encaramó en la montaña más alta del Himalaya para ver el naranja más intenso que el amanecer le regaló. Con su trompa absorbió el color embriagando su barriga de una emoción gratificante.
Feliz el pequeño elefante se dispuso a buscar el amarillo y sin pereza recorrió el desierto más árido de la tierra para impregnarse del amarillo sol del mediodía. Con su trompa inhaló el amarillo que se impregnó debajo de sus costillas como un pequeño sol.
Satisfecho con su labor se fue en busca del verde y su corazón le llevó a la selva tropical del Amazonas. Conmocionado por el espectáculo de vida y todos los tonos posibles de verde que las plantas y flores le regalaron, el pequeño elefante alzó su trompa y el color se le instaló en el centro del corazón, enamorándose así de la vida y de la tierra.
Con paso sereno y con un ánimo lúcido, el elefante fue a buscar el azul. Lo encontró en medio del océano atlántico un atardecer de verano. Su trompa se alzó y el color se coló hasta su garganta estallando de un color azul turquesa.
Seguro, feliz y con un sentido de compasión desconocido por el elefante se fue en busca del color añil y lo encontró mientras dormía. Soñó con el cielo más allá de las nubes donde el universo se mezcla con la atmósfera de la Tierra.
El pequeño elefante así comprendió que ya había encontrado los colores que tanto anhelaba y se encaminó hacia su casa, junto a su manada. Cuando llegó vio a su pueblo diferente y él se sentía también diferente.
Sus amigos y familiares, junto a su madre lo recibieron con gran alegría, el pequeño elefante se había convertido en un gran elefante blanco único en su especie. Contento y feliz empezó a explicar sus aventuras y su relato regando a todos con los colores que él albergaba. Así se hizo un enorme arcoíris en su tierra siendo visto a grandes distancias. Animales de toda la región, curiosos y con respeto, se acercaron a ver y escuchar al Gran Elefante Blanco y su trompa del ARCOIRIS.

Comentarios

Entradas populares de este blog

El Gran Dragón Plateado

      Durante miles de años, en la Tierra reinaron los grandes dragones. Sustentaban la vida y creaban el equilibrio entre la tierra y el cielo, en ellos convergía la sabiduría de eones de antigüedad.       Fueron grandes reinos y grandes sus hazañas, lucharon y vivieron para mantener la Luz y la Paz en gran parte de la galaxia.       Esta historia es  de los últimos  dragones que vivieron en la Tierra, los últimos que eligieron cruzar el umbral del más allá para seguir trabajando y luchando para la Paz.  Esta historia es un homenaje a todos los dragones que dan su vida por todos nosotros.     " En un lugar remoto en un tiempo lejano,  vivió y creció un pequeño dragón plateado. Su padre un poderoso Rey  lo crió en la sabiduría y el valor de un líder. Algún día el pequeño dragón plateado sería  Rey y de él dependerían muchos seres que confiarían en su buen parecer.      Una tarde calurosa de verano, sentados en el portal del palacio,  su madre le explicó una his

Pequeño riachuelo

           Había una vez un pequeño riachuelo contento y feliz, orgulloso alardeaba que sus aguas eran las más cristalinas y sabrosas del mundo.       Un día un pájaro se posó en una roca cercana a él y se refrescó, el pequeño riachuelo que no conocía al ave, le preguntó:  - ¿Verdad que mi agua es la más cristalina y sabrosa del mundo?.      El ave se lo miró curioso y le contestó: - Cierto, tus aguas son muy frescas pero he bebido de otro riachuelo un agua aún más fresca y pura.  - ¿ Cómo es posible, dónde está ese riachuelo? Le preguntó irritado el riachuelo. - Detrás de esas altas montañas donde nace el sol, lo encontrarás.       El pájaro se fue volando y nuestro pequeño riachuelo se quedó triste. No se podía imaginar unas aguas mejores a la suyas y la curiosidad empezó a arder en su interior.       A la mañana siguiente se acercó al riachuelo una mariposa azul, se posó y sintió que las aguas  del riachuelo estaban algo inquietas y turbulentas.       La mariposa le

Acteon- Metamorfosis y leyendas menores

           Acteon era hijo del dios cazador Aristeo y Autónoe. Fue instruido por el sabio centauro Quirón como un gran cazador.      Un días tras la cacería y en compañía de sus amigos en los bosques del Citerón hacia al mediodía, dio por finalizada su jornada. Satifecho de la caza obtenida fue a descansar a un lugar fresco del bosque donde se oía el susurro de una fuente bordeada de un césped verde y un pequeño lago. El lugar se llama Gargafia y estaba consagrado a la Diosa Artemis, Diosa de la Luna, hija de Zeus y Leto, hermana gemela de Apolo, que en ese momento disfrutaba de un baño rodeada de sus ninfas.      Acteon no sabía donde se dirigía y con paso despreocupado se acercó al lugar. Ante sus ojos vio a la Diosa de la Caza y Reina de loa animales del Bosque, rodeada de sus ninfas intentando ocultarla. Acteon quedó deslumbrado e inmóvil ante la visión. Artemis furiosa de haber sido sorprendida, inacesible en el amor, le roció con agua la cara y el cabello del joven y le